miércoles, 13 de noviembre de 2013

Aventura 2 - Making of

Dos aventuras por el precio de una

El viernes por la tarde, en mi largo viaje de tren de Murcia a Barcelona, me puse de nuevo con las aventuras de Fulgencio el Ojoatento y los Piratas de Marimontaña y después de darle muchas vueltas finalmente se me ocurrió una nueva aventura y un nuevo tesoro para la siguiente aventura. Se trata de la aventura del castillo abandonado de la isla impenetrable, donde se presenta a Miguel-Ángel el Mega-ágil y cuyo tesoro asociado seria una cuerda. Sin embargo, por temas logísticos opté por dejar este pack para la siguiente aventura y pensar otra historia. Me costó, pero finalmente se me ocurrió la historia del primer mapa de los Piratas de Marimontaña, que presentaría a Rosa la Pintahermosa y cuyo objeto asociado sería un catalejo.

El motivo por el que tenía que pensar dos historias era que la semana siguiente (17 de noviembre) y la otra (24 de noviembre) tengo que dar unas clases en un máster aquí en Murcia y no podré subir a Barcelona a encargarme de las aventuras, y para que no decaiga el ritmo quería dejarlo todo listo para que la family se pueda ir de aventuras sin yo estar en Barcelona ese fin de semana. Así que este fin de semana me tocaba curro doble :-S

Dificultades previas

Pero centrémonos en la Aventura 2 y su making of. El sábado me levanté temprano y me puse a escribir las historias, fichas, etc en sus cartulinas y a prepararlo todo. La cosa me llevó hasta el mediodía, cuando por fin salí a hacer el 'trabajo de campo'. Como en el mini-tesoro de la Aventura 2 debía incluir todas las instrucciones para la Aventura 3 (ya que no estaré para dejarlas) me dediqué primero a montar la Aventura 3 (ver el making of aquí).


El caso es que llegué a las coordenadas de inicio de la Aventura 2 (las que había dejado en el mini-tesoro de la Aventura 1) cuando ya estaba oscureciendo... La elección de estas coordenadas había sido algo precipitado: tenía que pensar una excursión fácil que pudieramos hacer todos en bici, y como no hay vias verdes (oficiales) cerca de Barcelona, busqué en wikiloc una rutilla corta y fácil. Encontré una 'apta para hacer caminando con niños', así que me pareció una buena opción.
Bien, pues en cuanto aparqué el coche vi que no había sido una buena elección. Los primeros diez minutos de la ruta eran de cuesta muy pronunciada para nada 'apta para hacer con niños'! Después de la mega-cuesta ya seguía subiendo moderadamente por una pista tamaño autopista hasta una enorme iglesia en la cima de la montaña (ni ermita ni hostias, aquello estaba medio fortificado y todo!). Ya se había hecho de noche y me quedaba un 11% de batería en el móvil (y por lo tanto en la linterna), así que opté por esconder primero el mini-tesoro, después explorar sin luz del móvil para buscar sitios donde esconder las pistas, ir junto a la iglesia (iluminada con potentes focos) para escribir las pistas y preparar el tinglado; y apurar los últimos porcentajes de batería para esconder las pistas. Y así lo hice.

Las pistas

La primera pista estaba en un montón de piedras en el mirador del parking, que los llevaría a una cabaña-refugio cercano. La gracia de ésta era que fuera un lugar oscuro en el que tal vez tuvieran miedo de entrar (no fue el caso), además de ser una construcción curiosa. De ahí decidí llevarlos a medio camino entre la cabaña y la iglesia, ya que llevarlos hasta la iglesia podía ser un trayecto muy largo para mantener la activación. Sin embargo, a medio camino sólo encontré, como escondite factible, un árbol solitario. Pero tampoco había muchas piedras o agujeros donde esconder la pista. Entonces se me ocurrió colgar la pista de lo alto de una rama con un hilo de pescar, que bajaba resiguiendo el tronco hasta el pie del árbol, y que até a una piedra marcada con el símbolo de los Piratas de Marimontaña, de manera que al encontrar la piedra con el símbolo dieran con el hilo de pescar, y al soltar el hilo hicieran bajar el potecito con la pista (no resultó tan fácil y elegante al final por eso, pero el impacto lo tuvo). De ahí los mandé a uno de los muros-fortificación de la iglesia y de ahí al otro lado de la iglesia a por el tesoro.

Finalmente, ya de noche y sin batería en el móvil, bajé hasta el coche y, exhausto, volví a casa.

Aventura 1 - Explicada por Gal·la y Pau

Vídeo con Gal·la y Pau contando la aventura!


viernes, 8 de noviembre de 2013

Aventura 1 - Deberes!

Por cierto, aventureros...
- ¿Cómo se llama vuestra banda?
- ¿Qué motes tenéis?
- ¿Sabéis cómo orientaros con el sol y las estrellas? ¿Y con la brújula?

Aventura 1 - Ficha de tripulación - Eugenia la Montaingenios

Eugenia la Montaingenios es uno de los miembros más jóvenes de nuestro grupo. Le gustan mucho los libros y pergaminos de máquinas y matemáticas, que a menudo sólo ella comprende, y cada vez que puede se inventa máquinas de todo tipo. Aunque muchas veces sólo hace dibujos de estas máquinas, cuando puede también las construye, dejándonos a todos sorprendidos con las proezas que puede realizar sólo con su ingenio y sus artilugios.
Una historia que siempre nos gusta contar es la de cuando apostó con un pirata ladrón que podría aguantar, con una sola mano, a seis poderosos bueyes tirando con todas sus fuerzas. Aún hoy nos reímos recordando la cara que se le quedó a aquel pirata cuando Eugenia la Montaingenios, con la ayuda de un sencillo artilugio, ganó la apuesta.


Aventura 1 - Aventuras de los Piratas de Marimontaña

¡Hola aventureros!
¡Vuestra primera aventura! Aún me acuerdo de la primera aventura de los Piratas de Marimontaña. Antes ya éramos aventureros en el mar, pero nunca habíamos  ido de aventuras por la montaña. Así que un día decidimos amarrar nuestro pequeño barco aquí, en el puerto del Garraf, e irnos de aventuras por la montaña. Habíamos visto una que parecía un volcán y decidimos ir a explorar. Estuvimos caminando un buen rato hasta que nos metimos en un frondoso bosque. Era un bosque chulísimo, con árboles enormes y un montón de plantas, bichos y animales por todas partes. Lo pasamos genial, pero llegó un punto en que nos dimos cuenta que nos habíamos perdido! ¿Hacia dónde ir? Éramos buenos marineros: en alta mar sabíamos orientarnos mediante el solo por el día y las estrellas por la noche, pero en aquel bosque tan frondoso no podíamos ver ni el sol ni las estrellas. ¿Qué podíamos hacer? Primero de todo: no asustarse. Nos sentamos todos en círculo y discutimos la situación para pensar una solución. Era la primera vez que habíamos ido de aventuras por la montaña y todo era bastante nuevo para nostros. Pero entonces Eugenia la Montaingenios tomó la palabra: "Una vez, hace mucho tiempo, oí una historia en una taberna. Oí como un mercader le hablaba a otro acerca de un artilugio para poder saber siempre dónde está el norte..." "Para qué quieres un artilugio así si siempre puedes saberlo mirando el sol o la estrella polar?", le interrumpió otro pirata. "Lo mismo pensé yo", continuó Eugenia la Montaingenios, "pero como empezaron a hablar del artilugio no pude evitar escuchar, y ahora nos iría muy bien un artilugio así, no?" Todos asentimos y se hizo el silencio. "¿Y bien?", pregunté tras unos segundos "qué oíste acerca de ese artilugio?" Eugenia la Montaingenios sonrió: "Al parecer se trata de un elemento metálico imantado que, montado de forma que permita su libre rotación sobre su eje central señala, en estado de reposo, siempre al Norte. ¿No es genial?" Silencio absoluto. A menudo Eugenia la Montaingenios hablaba de una forma que nadie la entendía. Entonces ella suspiró y lo explicó más sencillamente: "Como un reloj con una sola aguja que siempre señala al Norte". "¡Ahh!" exclamamos todos, y yo le pregunté: "¿Y tienes uno de estos artilugios por casualidad?" "No, pero tengo... esto!" Y después de buscar por el fondo de su mochila un rato finalmente sacó, con aires triunfantes (y para nuestra decepción), una piedra gris oscura que parecía de lo más normal. "Es un imán", dijo al ver nuestras caras de no entender nada, "y con él puedo construír uno de esos artilugios!" Y ahora sí que todo gritamos entusiasmados: "¡Hurra!" "Bien", prosiguió Eugenia la Montaingenios, "necesitaré un recipiente ancho, agua, una hoja larga y estrecha y una aguja." Y todos nos pusimos enseguida manos a la obra: unos se encargaron de buscar algo que sirviera de recipiente ancho, otros recopilaron el agua que nos quedaba, otros buscamos alguna planta con las hojas largas y estrechas (que obviamente encontré yo, pues por algo me llaman Fulgencio el Ojoatento) y finalmente todos rebuscamos en nuestras mochilas hasta que encontramos una aguja. Entonces, Eugenia la Montaingenios echó el agua en el recipiente (un trozo de corteza que habían encontrado), puso la hoja flotando sobre el agua y, después de frotar la punta de la aguja con el imán, la puso sobre la hoja flotante. Todos nos agrupamos alrededor del recipiente. Todos manteniamos la respiración, mirando la aguja, y se hizo el silencio. Y entonces, lenta y suavemente, la aguja y la hoja empezaron a girar... hasta que se detuvo señalando en una dirección. ¡Señalaba al Norte! "¡Hurra!" exclamamos todos abrazándonos. ¡Ya podíamos orientarnos otra vez! conseguimos salir del bosque y subir a la montaña que de lejos parecía un volcán. Resultó que no lo era, pero la aventura había valido la pena: nos habíamos divertido un montón y habíamos aprendido a orientarnos sin la ayuda del sol ni las estrellas. Ahora ya podíamos ir de aventuras sin miedo de perdernos no sólo por mar, sino también por montaña. Nos habíamos convertido en los Piratas de Marimontaña!

Poco después de aquella aventura conseguimos uno de esos artilugios: los llaman BRÚJULAS, y para nosotros siempre fue como un gran TESORO.



Mensaje en una botella...

A quien lea este mensaje,
Mi nombre es Fulgencio el Ojoatento y soy el capitán de los Piratas de Marimontaña. Puede que no hayas oído hablar mucho de nosotros, porque como no robamos ni damos miedo no somos muy famosos. Pero es que a nosotros, los Piratas de Marimontaña, no nos gusta eso de gritar "¡Al abordaje!". En vez de eso, preferimos algo mucho más divertido: ¡Ir de aventuras!
Durante muchos, muchos años mis amigos y yo hemos vivido muchísimas aventuras, tanto en el mar como en la montaña, y como no nos gusta meternos en peleas y luchas como los demás piratas, hemos llegado a ser muy viejos.
Por eso, porque ya no tenemos la energía de antes (aunque no por eso dejamos de ir de aventuras), hemos decidido esconder nuestro TESORO para que otros piratas con el mismo espíritu aventurero lo encuentren. Y para que no lo encuentren otros piratas (de los que dan miedo) hemos decidido romper el mapa del tesoro en muchos pedazos pequeños y los hemos escondido por algunos de nuestros lugares favoritos. ¿Que cómo los encontraréis? ¡Ja Ja Ja! Pues muy fácil: ¡siguiendo las pistas que hemos ido dejando!
De momento, si habéis encontrado esta botella ya tenéis la primera pieza del mapa. ¡Felicidades! Ya os queda menos para encontrar el TESORO.
Para encontrar la segunda pieza del mapa del tesoro tendréis que ir a un bonito pueblo pescado llamado Garraf, muy cerca de Barcelona. Allí, buscad el símbolo de los Piratas de Marimontaña donde la playa toca las vías del tren y muy cerca encontraréis la siguiente pista.

Yo, Fulgencio el Ojoatento, y todos los Piratas de Marimontaña os deseamos unas divertidas aventuras!


Aventura 1 - My point of view

¡Por fin había llegado el gran día! Aunque no empezó según lo previsto... Había quedado con mi padre que iría a las 2 a su casa y que ellos ya habrían comido para poder ir enseguida al Garraf, pero no. Todavía estaban comprando el pollo a l'ast! (la verdad es que a mi padre, después de casi 30 años en España, se le ha pegado la impuntualidad ibérica de mala manera). En fin, cuando finalmente llegamos a Garraf yo estaba nervioso. Todavía no sabía cómo iba a hacer lo de lanzar la botella al agua, pero tenía que llegar a la playa como fuera. Hay que decir que el mar estaba muy picado y la méteo no invitaba a acercarse al agua (estaba encapotadísimo), así que quedó algo forzado lo de ir a la playa. Pero bueno, finalmente lo conseguí, y aprovechando mientras los niños se quitaban los zapatos y los calcetines... lancé la botella!

El entusiasmo fue enorme (al menos de Gal·la, Pau parecía más interesado en la arena de la playa al principio, aunque en ocasiones tenía brotes de enorme entusiasmo) y enseguida nos pusimos a leer el mensaje...
 




Tocaba buscar la primera pista! Según la carta (que podéis leer aquí), debía estar "donde la playa toca las vías del tren", así que fuimos corriendo a ese lugar :)


Costó. Costó bastante. Gal·la ya se empezó a desanimar, aunque realmente quien buscaba más intensamente era mi padre, que hurgaba (como debe ser) en todos los agujeros del muro.


Finalmente, cuando aún estando todos delante del símbolo de los Piratas de Marimontaña (que marcaba la ubicación de la pista) no había manera que la vieran, les tuve que dar una pequeña pista para que la vieran (en su defensa debo decir que no se veía demasiado bien y que no tenían claro qué buscar).


Una vez encontrado el símbolo Gal·la no tardó en encontrar la primera pista en el fondo de un agujerito, que mi padre (con el palito de Pau) consiguió recuperar con pericia.


Primera pista:
Buscad la siguiente pista en el túnel que pasa por debajo de las vías del tren. Está erca del símbolo de los Piratas de Marimontaña.

La pista decía que la siguiente pista estaba en el túnel bajo el tren, así que allí nos fuimos. Allí de nuevo costó encontrar el símbolo, aunque esta vez mi padre lo encontró sin mi ayuda, y de nuevo Gal·la (que había vuelto a desanimarse al no encontrar enseguida la pista) encontró rápidamente la pista.


Segunda pista:
Id hacia el centro del pueblo por el camino junto a la playa. Justo antes de entrar en otro túnel encontraréis otra pista.


Tercera pista:
Al salir del túnel veréis un pequeño parque a la derecha con árboles de eucalipto. ¿Cuántos árboles de eucalipto hay a la derecha del camino que cruza el parque? Sube ese número de escalones para estar muy cerca de la siguiente pista.




Cuarta pista:
Buscad el símbolo de los Piratas de Marimontaña donde empieza el rompeolas, dad la vuelta a la roca, y encontraréis el TESORO.
Las siguientes dos pistas las encontraron sin mucho problema y llegó el momento de encontrar el tesoro! Lo había escondido en el rompeolas, cerca del agua para darle emoción, pero no fue del todo la mejor idea: el mar estaba tan picado que las salpicaduras habían borrado los símbolos que había hecho con tiza el día anterior y los niños estaban aterrados ante la idea de acercarse a las olas rompientes. Y lo que era peor: en ocasiones las olas llegaban hasta donde había escondido el mini-tesoro!






Así que, sin símbolos que marcaran la piedra clave, los niños con miedo y sin intención de buscar, y con mi incertidumbre de si siquiera estaría aún en su sitio el tesoro opté por irlo a buscar yo mismo. Afortunadamente aún estaba, pero eso sí, me empapé de cintura para abajo!


Ya habíamos encontrado el mini-tesoro! Gal·la enseguida se adueñó de la brújula, aunque no supiera qué era, y se fueron leyendo la primera aventura de los Piratas de Marimontaña (aquí el texto), la ficha de Eugenia la Montaingenios (podéis leerla aquí), los 'deberes' para la semana (podéis leerlos aquí) y las coordenadas del inicio de la siguiente aventura. Fue un éxito.


Aquí podéis ver todas las fotos de esta primera aventura!

Fotos Aventura1 (Selección)