jueves, 12 de diciembre de 2013

Aventura 3 - My point of view

Intentos previos fallidos

En principio yo no iba a poder ver la aventura 3 en directo, ya que precisamente la había dejado preparada para que la family pudiera hacerla en alguno de los dos fines de semana que yo no iba a subir a Barcelona. Sin embargo, el primero de estos fines de semana (16 y 17 de noviembre) resulta que llovió a cántaros y no había manera de ir de aventuras. El siguiente fin de semana (23 y 24 de noviembre) al parecer fueron a las coordenadas, pero se habían dejado el mapa en casa (podéis verlo aquí), por lo que se limitaron a buscar el símbolo de los piratas, obviamente en vano :( Al día siguiente, pese a tener poco tiempo, sí fueron con el mapa y empezaron la aventura hasta que se quedaron atascados y se hizo oscuro. La verdad es que valoro muy positivo que fueran de aventuras aún sabiendo que no la acabarían, ya que la gracia es que salgan y se muevan. ¡Esa es la actitud!
Finalmente quedamos el sábado 30 todos juntos al parque del laberinto a buscar el tercer mini-tesoro de esta gran aventura.

Pre-búsqueda por si acaso

Habían pasado tres semanas, con lluvias fuertes de por medio, y tenía miedo de que el mini-tesoro ya no estuviera donde debía o peor, que hubiera desaparecido. Así que para asegurarme preparé una copia de seguridad del mini-tesoro: imprimí las cartas e historias, compré una nueva cuerda (más barata por eso) y otro tupper y lo dejé todo listo. Y en vez de ir a Sant Vicenç a desayunar con la family fui temprano al parque a comprobar si estaba o no el mini-tesoro. Para mi satisfacción, allí seguía, tal y como lo había dejado, perfectamente conservado. Así que aproveché para meter algunos trozos de mapa extra y me puse a esperar a la tropa en la entrada del parque.

La búsqueda

Cuando finalmente nos reunimos, después de jugar un rato en el parque, nos pusimos manos a la obra. Para mi alegría, fuimos haciendo todo el recorrido (en vez de ir directamente a donde se habían quedado) y pude ver como ya dominaban el uso de la brújula y contaban escalones con soltura. De esta forma llegamos finalmente al punto donde se habían quedado la última vez y descubrí por qué: las instrucciones estaban mal! Había puesto Sur-Este en vez de Sur-Oeste (o al revés, no recuerdo)!






Una vez localizadas las escaleras con 7 peldaños continuamos la aventura. Me dio rabia que el riachuelo fuera sin agua, porque le quitaba mucho encanto al asunto. Además, era confuso, porque las instrucciones decían que había que remontar el río hasta la cascada... No obstante, finalmente llegamos a la cascada (sin agua), que está indicada con un cartel, y las dudas se disiparon. El cansancio empezó a notarse y los niños empezaron a quejarse, pero continuamos avanzando. La verdad es que las indicaciones con la brújula no parecían del todo precisas en algunas ocasiones, pero poco a poco conseguimos adentrarnos en el bosque y finalmente llegar al tronco doble. Se pusieron a buscar (con más o menos entusiasmo los peques) hasta que al final Judith, casi por casualidad, descubrió el mini-tesoro enterrado!








Esta vez conseguimos que Gal·la no lo abriera nada más encontrarlo y pudimos ir a un banco tranquilo a explorar su contenido. Como sabía que la historia era muy larga (la más larga hasta el momento. Podéis leerla aquí) les pedí que me dejaran leerla a mi. Aunque le puse todo mi arte lector-interpretativo Pau prestaba 0 atención al cabo de poco (comprensible), pero creo que a Gal·la la mantuve más o menos atenta :-D. La verdad es que me gustó poder leer yo la historia :-) Después el papá leyó la ficha de personaje (Miguel-Ángel el Mega-ágil, podéis leerla aquí) y el resto de papelitos (podéis leer los deberes aquí). Al llegar a los deberes me puse a enseñarles a hacer un nudo pescador (el segundo nudo que le enseño a Gal·la!) y, cuando ya recogíamos, Gal·la se puso a practicar lo de andar en equilibrio :-)


Yo creo que en general fue bastante bien esta aventura. A ver qué tal la siguiente :)

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