Condicionantes
La aventura 5 iba a ser la última antes de la búsqueda final, por lo que tenía que hacerse sí o sí el domingo 15, ya que el 22 haremos la búsqueda final y el sábado 14 fuimos a hacer la aventura 4 (que no habían acabado la semana anterior). Así que el plan era el sábado 14 por la mañana hacer la aventura 4, por la tarde preparar la aventura 5, y el domingo 15 hacer la aventura 5. Pero aún había más condicionantes, ya que a la una teníamos una comilona familiar. Así que tenía que asegurarme de que pudieran acabar la aventura a tiempo, ya que no habría una segunda oportunidad.
La zona
La aventura 5 tenía lugar en las escletxes del papiol, una zona que conozco de mis primeros días de escalada (un sitio que recuerdo terrible para escalar por estar todo pulidísimo). Se trata de un conjunto de profundas grietas que, desde google maps al menos, parece que forman una red de pasadizos. Así que la idea era hacerlos pasear un poco por ese supuesto laberinto de roca.
La tercera grieta, también paralela, volvía a ser más accesible de entrar. No obstante, la entrada se hacía descendiendo por unas grandes piedras y a unos metro hacia un quiebro, por lo que lo hacía más misterioso. Esta grieta era también estrecha y con frecuencia se estrechaba tanto que había que pasar de lado. Tenía subidas y bajadas y un zig zag en el camino, por lo que era genial para mantener el aire de aventuras. Esta grieta no tenía salida (al día siguiente vería aue no era cierto), sino que se estrechaba cada vez más hasta que ya no se podía pasar. De hecho, los últimos metros, para los que me tuve que quitar la mochila y apretujarme de lado, estaban totalmente a oscuras y tuve que sacar la linterna. Al fondo, donde ya no se podía pasar más (de nuevo, esto se reveló falso al día siguiente), había un sistema de agujeros y fisuras ideales para esconder el tesoro.
Exploré algo más, buscando otras grietas, pero definitivamente esta tercera era ideal.
Escondiendo el tesoro y las pistas
Como esta aventura la tenían que resolver rápidamente, opté por hacerla sin pistas, que además, puesto que no había caminos alternativos, no eran demasiado necesarias. En cambio, opté por marcar con Símbolos de Piratas de diferentes colores si iban o no por el camino correcto. Así que marqué con un símbolo verde la ubicación del tesoro (la idea era que, antes de meterse en la parte final más estrecha y oscura, pudieran verlo si iluminaban con la linterna), símbolos azules para camino correcto, y símbolos rojos para camino incorrecto. La primera pista contendría la explicación de los colores.
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