viernes, 10 de enero de 2014

Aventura Final - Historia Final: La disolución de los Piratas de Marimontaña

La disolución de los Piratas de Marimontaña

Hola aventureros!
Esta ha sido vuestra última aventura en vuestra búsqueda del tesoro de los Piratas de Marimontaña, pero seguro que no será vuestra última aventura! Un aventurero siempre será un aventurero, y las ganas de explorar, descubrir y experimentar no se pierden... Nosotros lo vimos claro cuando los Piratas de Marimontaña nos separamos...
Habíamos pasado muchos, muchos años yendo de aventuras juntos, pero con el tiempo muchos de nosotros nos fuimos asentando en un sitio fijo donde vivir. Algunos se casaron y tuvieron hijos, otros simplemente montaron una tienda o taberna, otros se hicieron mercaderes y comerciantes, y pocos fueron los que siguieron viviendo de aventura en aventura. No obstante, cada cierto tiempo nos volvíamos a reunir todos (también con nuestros amigos los Piratas de Fareha) para recordar viejas historias y contarnos nuestras nuevas aventuras.
En una de estas ocasiones, Violeta la Apuntalibreta nos sorprendió cuando nos dió a todos unas coordenadas. "Qué es esto?", le pregunté. "Esto, amigos míos, son las coordenadas de un sitio especial que descubrí en una aventura que hice con mi hijo." (porque Violeta se había casado y había tenido un hijo, pero seguía, como todos nosotros, haciendo pequeñas aventuras). "Y como me gustó mucho, quiero compartirlo con vosotros. Además, cerca de estas coordenadas también he escondido una pequeña caja con un libro de registro, para que cuando vayáis podáis escribir vuestro nombre y ver quién más de nosotros ha estado allí antes." "Qué buena idea!" exclamamos todos. "Pero eso no es todo", continuó Violeta la Apuntalibreta, "dentro de la cajita también he guardado un pequeño regalo: una estrella de papeles de colores que hice con mi hijo. El primero que la encuentre podrá quedársela como recuerdo, pero tendrá que dejar otro objeto para el próximo que vaya a las coordenadas y encuentre la cajita. Así siempre tendremos todos un recuerdo de alguno de nosotros."
Todos estábamos encantados con la idea y en cuanto volví a casa les conté la historia a mi familia (yo tambi´n me había casado y tenía dos hijos gemelos). Estaban también entusiasmados y el primer día libre que tuvimos nos levantamos temprano, nos preparamos la mochila, y fuimos a las coordenadas que nos había dado Violeta la Apuntalibreta.
El sitio realmente era chulísimo (un árbol gigante junto a un estanque) y, después de buscar un rato, encontramos la caja, donde encontramos la estrella de papeles de colores y el libro de registro. Habíamos sido los primeros! Así que nos apuntamos en el libro de registro debajo de Violeta la Apuntalibreta y su hijo, cogimos la estrella, y dejamos a cambio un caballito de madera que habíamos hecho.
Como era de esperar, la próxima vez que nos reunimos todos los Piratas de Marimontaña de nuevo la mayoría habíamos escondido más cajas en otros sitios y nos intercambiamos las coordenadas entre todos. De repente teníamos un montón de cajas para descubrir! Y así, año tras año fuimos escondiendo cajitas por todas partes y compartiendo las coordenadas. Y nuestros hijos empezaron a hacer lo mismo con sus amigos. Y después de ellos también sus hijos, etc., etc. Pronto había tanta gente escondiendo cajitas que Miguel-Ángel el Mega-ágil, que había montado una taberna (con la chica del beso), colgó en su local un tablón donde todos pudieras ver las coordenadas de las cajitas que había en la zona y apuntar las nuevas que hubieran escondido.

Hoy en día hay miles de cajitas escondidas por todo el mundo. Hay tantas que ya he dejado de intentar encontrarlas todas. Pero es genial, porque así siempre tengo una excusa para ir de aventuras y recordar que siempre seré un Pirata de Marimontaña.


No hay comentarios:

Publicar un comentario