Aitor el Payaso Cantor
Un día íbamos los Piratas de Marimontaña por un pueblo cuando vimos un espectáculo de títeres. Fue una obra muy entretenida y nos reímos y aplaudimos mucho. Más tarde ese día, cuando volvimos a pasar por allí después de hacer la aventura de aquel día, el titiritero ya había recogido sus cosas y se había ido. Pero entonces yo, Fulgencio el Ojoatento, vi que junto a la basura, semi-enterrada en el barro, había una vieja marioneta. Tenía varias partes rotas y la pintura ya estaba desgastada y descolorida, pero nos dio pena y nos la llevamos al barco. Allí, Eugenia la Montaingenios arregló las partes rotas, Rosa la Pintahermosa le pintó una feliz cara de payaso (con una narizota roja) y entre los demás le hicimos unos pantalones, una camiseta, y una gracioso sombrero de paja. Y como tenía en la mano un micrófono decidimos llamarlo Aitor el Pirata Cantor, y pasó a ser como un miembro más de la tripulación.
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